El hijo de Pilar y Daniel Weinberg fue bautizado
en la costanera. Y en el bautismo le enseñaron lo sagrado.
Recibió una caracola:
-Para que aprendas a amar el agua.
Abrieron la jaula de un pájaro preso:
-Para que aprendas a amar el aire.
Le dieron un flor de malvón:
-Para que aprendas a amar la tierra.
Y también le dieron una botellita cerrada:
-No la abras nunca, nunca. Para que aprendas a amar el misterio.
100 retratos breves
Antología.
Noviembre 2002.
Eduardo Galeano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario