lunes, 26 de octubre de 2009

Helena y la útima semana de octubre

En un lunes lluvioso te conocí.
Esperanzas, sueños y paisajes.
La fiel compañía de aquella pequeña que me hacía sonreír.
La certeza de las utopías.

El martes lo esperé...
Lo vi y le amé...
me vio ...
Helena no importaba...

El miércoles del último suspiro
Aquella queja constante retumbaba en su cabeza
La mía con kilos de sal lo miraba

El jueves inolvidablemente oscuro,
La gaseosa indigna para un brindis,
Su queja retumbo en mi cabeza errante,
La muerte del sentimiento infinito.

El viernes casi sábado.
Abrazos que consolaban,
Mentiras que ahogaban,
Poemas desechados,
y el olvido por un instante.

El sábado la lluvia besaba mi cara,
Sus gritos volvieronse canciones,
el humo me llenaba el pecho,
Las niñas y una historia que no existió...

El domingo, domingo en que se acaba el himno del amor..
Las lágrimas no existen,
las ganas han muerto,
los sentidos se apagan,
la empatía no existió,
Helena solo ella importa ahora...

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